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Por primera vez, el ADN de un árbol envía a prisión a un hombre

En uno de esos casos que quedarán en los libros de historia, un hombre de Washington irá a prisión durante 20 meses por llevar a cabo una operación de tala ilegal. Lo relevante en este caso es que fue el ADN de un arce de hoja grande lo que ayudó a ello.

La historia la contaba ayer el Washington Post, el primer caso federal que ha utilizado el ADN de un árbol como evidencia de que Justin Andrew Wilke, de 39 años, y su equipo de cazadores furtivos, robaron los arces “muy preciados” del Bosque Nacional Olympic y vendieron la madera con permisos falsificados en una acción fuera de la ley.

Al parecer, durante la investigación se encontró que las posibilidades de que la coincidencia de ADN fuera solo una coincidencia era de 1 en 1000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000.

Como explica el medio estadounidense:

En el juicio, un genetista investigador del Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de EE. UU. testificó que la madera que vendió Wilke era una coincidencia genética con los restos de tres arces cazados furtivamente que los investigadores habían descubierto en el área de Elk Lake.

El análisis de ADN fue tan preciso que encontró que la probabilidad de que la coincidencia fuera coincidente era de aproximadamente 1 en 1 mil millones (1 seguido de 36 ceros).

Así, y con base a tal evidencia, el jurado concluyó que la madera que Wilke había vendido a los aserraderos locales había sido robada. No solo eso. La evidencia de ADN también demostró que Wilke había cosechado y vendido ilegalmente madera de otros siete árboles de arce, aunque las ubicaciones precisas de esos árboles aún no se han determinado.

Por último, el Post explica que la nueva genética del árbol convenció a los miembros del jurado, después de un juicio de seis días, de condenar a Wilke por conspiración, robo de propiedad pública y tráfico de madera talada ilegalmente, entre otros delitos. [Washington Post]

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