La realidad virtual háptica como medio para hacerte sentir

Las experiencias de realidad virtual nunca se sentirán como en el mundo real hasta que podamos involucrar todos nuestros sentidos, no solo la vista y el oído. Como una forma potencial de simular la capacidad de un ser humano para sentir sensaciones físicas, los investigadores han desarrollado hardware de realidad virtual háptica que aplica sustancias químicas a la piel para desencadenar respuestas que se traducen en lo que está sucediendo en un mundo virtual.

El objetivo de las tecnologías hápticas es hacer que el usuario de un dispositivo experimente sensaciones físicas que se simulan mediante el uso de otras tecnologías. Algunos de los primeros ejemplos de esto incluyen teléfonos que usaban motores giratorios y un peso compensado para generar vibraciones que captarían la atención del usuario sin hacer ningún ruido. En 1997, Nintendo fue la primera en llevar una tecnología similar a los videojuegos a través del Rumble Pak de la N64, que hizo que los controles de la consola temblaran y vibraran en respuesta a la acción de un juego, una característica que ahora es un lugar común.

La tecnología háptica se ha refinado mucho desde entonces, hasta el punto en que Apple puede simular la sensación de presionar botones en un panel táctil de computadora portátil que en realidad no se mueve, pero simplemente hacer vibrar un casco de realidad virtual o un par de controladores de realidad virtual no es suficiente para simular todas las sensaciones que uno puede experimentar en el mundo real. Así que es hora de que lo háptico de el siguiente paso.

Investigadores del Laboratorio de Integración de Computadores Humanos en el Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Chicago han desarrollado un enfoque completamente nuevo llamado háptica química, que activa directamente los receptores en la piel humana de diferentes maneras. Como se detalla en un artículo publicado recientemente, los investigadores diseñaron y construyeron dispositivos portátiles autónomos que se pueden usar en cualquier parte del cuerpo humano (brazos, piernas e incluso la cara son opciones) siempre que puedan hacer contacto con la piel.

Los wearables usan parches de silicona y micropumps para entregar cinco químicos diferentes a la superficie de la piel que producen cinco sensaciones físicas únicas en el punto de contacto. El mentol crea la sensación de que la piel se está enfriando, simulando potencialmente caminar al aire libre en un día nevado, mientras que la capsaicina, el ingrediente que hace que las comidas picantes sean picantes, crea una sensación de calor o estar expuesto a algo que está caliente.

Las cosas se ponen un poco más extremas con los otros productos químicos probados. La lidocaína puede crear una sensación de entumecimiento, sanshool hace que la piel se sienta como un hormigueo y el cinamaldehído crea una sensación de escozor, y podría usarse como una forma negativa de retroalimentación háptica en un juego de realidad virtual donde los jugadores tienen la tarea de mantenerse a salvo pero no lo hacen. Todos los productos químicos utilizados son seguros para que los humanos los usen, por lo que no es como si te rociaran con ácido cáustico mientras juegas una simulación de Aliens VR, pero tampoco quieres esparcir lidocaína por todo el cuerpo.

¿Es este el futuro de la retroalimentación háptica avanzada? Probablemente no exactamente como se demuestra aquí, pero encontrar formas de activar los receptores naturales del cuerpo de formas nuevas y novedosas es un paso definitivo en la dirección correcta hacia la simulación de sensaciones físicas que en realidad no están sucediendo.

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