En la década de 1980, cuando el legendario diseñador de videojuegos Shigeru Miyamoto estaba creando «The Legend of Zelda», se encontró con varios obstáculos en el proceso de desarrollo.
Miyamoto quería incorporar elementos de exploración y aventura, pero el hardware limitado de la consola NES presentaba desafíos significativos. Para superar este problema, tuvo que replantearse la forma en que se diseñaban los videojuegos en ese momento y se centró en la creación de un mundo abierto en lugar de un simple juego lineal.
Esta visión innovadora allanó el camino para el desarrollo de uno de los videojuegos más influyentes y queridos de todos los tiempos, sentando las bases para el género de acción-aventura tal como lo conocemos hoy en día.
