El descubrimiento de dos galaxias antiguas cambia nuestra visión
La presencia de dos galaxias previamente no detectadas a unos 29 mil millones de años luz de distancia sugiere que nuestra comprensión del universo primitivo es inquietantemente deficiente.
Presentamos REBELS-12-2 y REBELS-29-2, dos galaxias que, hasta hace muy poco, ni siquiera sabíamos que existían. La luz de estas galaxias tardó 13 mil millones de años en llegar aquí, ya que estos objetos se formaron poco después del Big Bang. La expansión en curso del universo coloca a estas antiguas galaxias a aproximadamente 29 mil millones de años luz de la Tierra.
Una nueva investigación publicada en Nature sugiere que REBELS-12-2 y REBELS-29-2 habían escapado a la detección hasta este punto porque nuestra vista de estas galaxias está nublada por gruesas capas de polvo cósmico. El telescopio espacial Hubble, por poderoso que sea, no podía mirar a través de la neblina celestial. Fue necesario el radiotelescopio ultrasensible ALMA en Chile para detectar las galaxias, en lo que resultó ser un accidente fortuito.
“Estábamos mirando una muestra de galaxias muy distantes, que ya sabíamos que existían por el Telescopio Espacial Hubble. Y luego nos dimos cuenta de que dos de ellos tenían un vecino que no esperábamos que estuviera allí en absoluto”, explicó Pascal Oesch, astrónomo del Cosmic Dawn Center del Instituto Niels Bohr en Copenhague, en un comunicado. “Como estas dos galaxias vecinas están rodeadas de polvo, parte de su luz está bloqueada, haciéndolas invisibles para el Hubble”.
Oesch es un experto en encontrar algunas de las galaxias más lejanas del universo. En 2016, él y sus colegas detectaron la galaxia GN-z11 de 13.400 millones de años, estableciendo un récord de distancia cósmica. GN-z11 se formó apenas 400 millones de años después del Big Bang.
El nuevo artículo describe cómo ALMA y la nueva técnica de observación desarrollada por Oesch y sus colegas podrían ser capaces de detectar galaxias antiguas igualmente oscurecidas. Y aparentemente hay muchos más esperando ser descubiertas. Los astrónomos compararon las dos galaxias recién detectadas con fuentes galácticas previamente conocidas en el universo temprano, lo que los llevó a sospechar que “hasta una de cada cinco de las primeras galaxias puede haber faltado en nuestro mapa de los cielos”, dijo Oesch.
A lo que agregó: “Antes de que podamos comenzar a comprender cuándo y cómo se formaron las galaxias en el Universo, primero necesitamos una contabilidad adecuada”. De hecho, el nuevo artículo afirma que existían más galaxias antiguas en el universo primitivo de lo que se creía anteriormente. Esto es significativo porque las primeras galaxias formaron los componentes básicos de las galaxias posteriores. Por tanto, hasta que tengamos una “contabilidad adecuada”, como dijo Oesch, los astrónomos podrían estar trabajando con un modelo deficiente o inexacto del universo temprano.
La tarea ahora será encontrar estas galaxias perdidas y, afortunadamente, un próximo instrumento promete hacer este trabajo considerablemente más fácil: el Telescopio Espacial Webb. Este observatorio de próxima generación, dijo Oesch, “será mucho más sensible que el Hubble y podrá investigar longitudes de onda más largas, lo que debería permitirnos ver estas galaxias ocultas con facilidad”.
El nuevo paper es, por tanto, comprobable, ya que es probable que las observaciones realizadas por Webb confirmen, nieguen o perfeccionen aún más las predicciones realizadas por los investigadores. Está previsto que el telescopio espacial se lance desde la Guayana Francesa el miércoles 22 de diciembre a las 7:20 a.m. ET (4:30 a.m. PT).